TRASPLANTE
Esta es la historia de mi tio Edelmiro, un hombre bajito y feo que fué siempre ademas un imbécil de mucho cuidado.
Con toda esas cualidades mi tio Edlmiro que tenía sus ahorrillos, decidió que se quería volver guapo y para eso se fué a una clínica muy famosa a que le traspalantaran cosas. Quiso las piernas de un futbolista muy famoso y pagó tantos millones que desde entonces el futbolista soporta la débiles patillas de mi tio pero, pero es un hombre rico.
Luego quiso el busto de Arnold Shuatsenager y lo mismo. Arnold dejo de hacer películas de aventuras para interpretar cuasimodos y cosas así, pero lo hace por vocación ya que es también muy rico. Cuando ya le habían colocado las piezas a duras penas, ya que es muy poca cosa, quiso cambiar la cara y mandó traerse la de Antonio Banderas. Este se compró en Sudamérica una plantación de pipas y se pasea por todos lados con la cara de mi tio bajo el antifáz y hace tiempo que Melany le abandonó.
Una vez trasplantado de todo mi tio decidió cambiarse el nombre, se llamaría Maraarnold Banderas.
Como se había arruinado por completo mi tio quedó guapo y cachas pero pobre. Confiaba en que su nueva belleza atraería a todas las mujeres del mundo. Lo malo es que como no se trasplantó la imbecilidad, se le olvidó quitarse la diarrea crónica, el olor de los pies y de la boca y una curiosa voz de trompetilla que siempre fué la risa de la familia. Por otro lado, el baile de san vito se le agudizó y el parkinson de columna que padecía de siempre también, por lo que parecía que mi tio, ahora Maraarnold, diera la impresión siempre de estar aguantándose el pis.
Ninguna mujer quiso nada con el, salían toda corriendo. Ahora, pobre y olvidado, llora mientras pide limosna a la puerta de una iglesia. No entiende nada y nosotros no se lo explicamos ¿para que?. Total... es imbécil.
THE END
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